Si me preguntaran cuál es la tarta más rara que me han pedido, creo que ésta encabezaría la lista. Fue muy surrealista hacer una tabla de ibéricos en fondant: algo extremadamente dulce simulando ser algo muy muy salado. Es de locos.
A pesar de todo, fue muy divertido, y sé que echaron unas buenas risas cuando llegó la hora de la tarta aquél día, que por dentro era 100% chocolate.
Espero que os guste!
Un abrazo
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